Linfoma cutáneo de células T

El linfoma cutáneo de células T del tipo micosis fungoide (LCCT-MF) es un cáncer poco común que progresa de forma lenta e impredecible. Se produce cuando un tipo de glóbulo blanco (célula T), que forma parte del sistema inmunitario que normalmente combate las infecciones, empieza a multiplicarse de forma anómala en la piel. Este tipo de cáncer se denomina linfoma. La micosis fungoide (MF) es la forma más común de LCCT. Se calcula que, ya que los pacientes tienen una supervivencia muy prolongada, en Europa puede haber hasta 19 000 pacientes viviendo con linfoma cutáneo. El LCCT-MF es más común en hombres que en mujeres, más en piel negra y marrón que en blanca, y más en personas que superan los 50 años de edad que en personas más jóvenes.

El aspecto del LCCT-MF puede ser similar al de otras afecciones comunes de la piel, y puede estar presente durante años o incluso décadas antes de que se diagnostique como LCCT-MF. Manchas, placas o tumores son los nombres médicos para diferentes manifestaciones cutáneas y por lo general se definen como «lesiones». Aunque es posible tener los tres tipos de lesiones al mismo tiempo, la mayoría de personas que han tenido esta enfermedad durante muchos años presentan solo uno o dos tipos de lesiones, generalmente las manchas y placas. El picor es un síntoma común del LCCT-MF que afecta al menos al 80 % de las personas. El LCCT-MF no es una infección contagiosa y no se puede transmitir de una persona a otra.

El LCCT-MF es muy difícil de diagnosticar, especialmente en sus etapas tempranas. Los síntomas y los hallazgos de una biopsia cutánea del LCCT-MF son similares a otras afecciones benignas de la piel, como eccema, psoriasis, parapsoriasis y pitiriasis liquenoide. A veces son dermatólogos u oncólogos especializados en linfomas cutáneos los únicos capaces de diagnosticar el LCCT-MF por primera vez.

Los tratamientos del LCCT-MF evolucionan de forma continua. En todo momento hay numerosos ensayos clínicos en marcha para determinar mejores tratamientos. En la mayoría de pacientes con LCCT-MF, las células del linfoma quedan restringidas principalmente a la piel, y se pueden obtener respuestas excelentes y duraderas con tratamientos dirigidos a la piel («terapia dirigida a la piel»). Algunos ejemplos de terapias dirigidas a la piel son cremas, pomadas y geles que se aplican sobre la piel, como esteroides tópicos, mostaza nitrogenada tópica, retinoides, clormetina y cremas inmunoestimulantes (imiquimod). La luz ultravioleta («bronceado médico») y la radioterapia también son tipos de terapia dirigida a la piel. «Terapia sistémica» se refiere a cualquier tratamiento que, después de su absorción, llega al torrente sanguíneo y así se distribuye por todo el «sistema» del cuerpo.

Las terapias sistémicas se utilizan para el LCCT-MF cuando las terapias dirigidas a la piel no funcionan lo suficientemente bien.